Empezamos el día a las 8 a.m., cuando todos debíamos prepararnos para bajar a recepción y tomar el desayuno en un fantástico bufet libre. A las 9:30 subíamos al autocar para empezar nuestra aventura. En el trayecto en autocar hacia el Coliseo (Colosseo), pudimos ver varios lugares representativos de la ciudad. Una vez en destino, comenzamos por visitar el Moisés de Miguel Ángel y descubrimos que las fuentes de Roma son muy originales, pues están provistas de un mecanismo muy sencillo y a la vez muy útil (cuando tapas la salida del caudal principal, el agua fluye por un agujerito pequeño que expulsa agua hacia arriba para beber con mayor comodidad). Posteriormente, pasamos por la facultad de ingeniería justo antes de entrar al Coliseo. En ese momento sentimos escalofríos, pues parecía que nos habíamos adentrado en una película; hasta podíamos imaginar que escuchábamos el golpe de martillos y la lucha de espadas de gladiadores. ¡Menuda experiencia! Después de esta visita que nunca olvidaremos, nos fuimos en autocar destino centro, pasando por la Basílica San Giovanni in Laterano donde hay un monumento que atestigua que el Papa recibió a San Francisco; llegamos a la Basílica di Santa María Maggiore y la visitamos. Allí se encuentran las reliquias de la Santa cuna del Niño Jesús y, tras dos horas y media de descanso, fuimos a comer a la Piazza della Repubblica.

Lamentablemente, comenzó a llover justo después de comer, pero esta lluvia no atenuó nuestra emoción por seguir con la ruta, aunque causó bastantes contratiempos. Después, en nuestro camino pudimos ver la columna de Trajano coronada con San Pedro; la Piazza di Venezia, con el monumento al soldado desconocido; pasamos por el barrio de tiendas de la Plaza de España, la cual admiramos entre la lluvia. Por último, llegó el momento de conversar y reír en la cena que teníamos preparada en un restaurante del famoso barrio "Il Trastevere", pasando previamente a visitar a los frailes franciscanos que tienen su convento en este barrio y que, muy amablemente, nos han explicado detalles de su pequeñita y preciosa Iglesia mientras nos refugiábamos de la lluvia.

Ahora nos toca preparar nuestras maletas pues, tras las visitas programadas mañana en Roma, partiremos hacia nuestro próximo destino, Asís.